Ser conscientes del presente nos regala la maravillosa oportunidad de diseñar espacios para que la vida no se nos escape, para que nos habitemos en el tiempo y hagamos de ésta, “la mejor experiencia posible”.

En el contexto del inicio de una sesión de Facilitación Sistémica, Bugui nos señala (lo vemos en el video que abre este espacio) el tesoro que pueden ser esos “cinco minutos” en los que, tras haber dado un marco de presentación y diseñado una primera estructura de arranque para el grupo, sencillamente, nos paramos.

Porque, a veces, “lo que nos han contado” no coincide con lo que nosotros, como facilitadores sistémicos, podemos estar percibiendo en esa primera dinámica grupal. O sí.

En todo caso, démonos tiempo para respirarlo.
Escuchar al Campo de Información y a nosotros mismos requiere de ese movimiento silencioso; dar un paso atrás para situarnos en la “posición de observador” y preguntarnos:

– “¿Cómo me estoy encontrando yo? ¿Lo que estoy haciendo, está alineado con lo que hay en el grupo o, quizás, es mejor que gire algo?”

La Facilitación Sistémica nos ofrece la ventaja y el regalo de poder pararnos con tranquilidad. Para observar, para sentir, para escuchar, para pensar.

Porque la vida puede ser mucho más fácil, en solo cinco minutos.