¿Cómo nos adaptamos a los continuos cambios en nuestro trabajo diario? ¿Cómo gestionamos los nuevos retos que nos surgen en cada momento?

Resulta indispensable hacer frente a procesos de cambio y transformación organizacional para seguir avanzando, y hoy, en las empresas, no hay nada más constante que el cambio.

Indagar en la gestión de procesos grupales es dar paso a nuevas experiencias y abrirse a nuevos espacios con el fin de vislumbrar un horizonte de progreso.

”Hoy hemos compartido desde un lugar donde no habíamos llegado antes” es una frase habitual que escuchamos en los feedbacks finales de nuestras sesiones de Facilitación Sistémica, que a través de un programa experiencial intenso, ofrece diferentes herramientas centradas en un nuevo enfoque.
¿A qué llamamos una conversación profunda? Cuando las personas se pueden comunicar con honestidad, sintiéndose, todas ellas, escuchadas y valoradas por sus aportaciones.

¿Y qué ocurre en una sesión de Facilitación Sistémica?.
Algunas cualidades que ayudan a cocrear este espacio  en el que las personas se pueden relajar y comunicar desde un nuevo lugar, en el cual pueden compartir y construir un discurso común y consensuado, son:

  • En movimiento. Habitualmente evitamos las mesas y las sillas que nos separan y mantienen estáticos. Una sesión de Facilitación Sistémica implica el movimiento de los asistentes en el espacio.
  • La atención en nuestras sensaciones. Las sesiones de Facilitación Sistémica se caracterizan por “sensar” antes de pensar. Percibir las sensaciones que nos producen los conceptos y su ubicación en el espacio antes de conversar sobre ellos desde nuestro lado más racional.
  • Registro de la información. La información que emerge en el proceso de la sesión queda registrada por los propios participantes, con sus propias palabras. Esto genera una sensación de haber “trabajado mucho” y “aprovechado el tiempo”.
  • Tiempo para ordenar nuestras ideas. Algunas personas son más rápidas elaborando sus ideas y otras requieren más tiempo. En nuestras sesiones pensamos nuestras respuestas, las escribimos y después las compartimos. Esto aporta una atmósfera de tranquilidad.
  • Todos son escuchados por igual. Esto deja a un lado la competición de “yo más” y destierra la creencia de que a mayor espacio de intervención, mayor valoración. Da igual quién seas y dónde estés ubicado jerárquicamente. Todos tenemos algo que aportar.