Un CEO y su comité directivo se reúnen durante 3 días para definir el plan estratégico de los próximos 5 años. Los directores están enfrentados, y se busca alineación y aumentar la confianza. 
Me contratan para una sesión de 3 horas el segundo día de encuentro.

La preparación del lugar es muy importante. Primero, cambio el ambiente de la sala de reunión, moviendo la mesa de lugar, poniendo una luz ambiente más tenue, incienso, música relax de fondo y creando espacios diferenciados, uno para cada dinámica.

Al sentarse, tienen una tarjeta en blanco delante y les invito a escribir en ella cuáles son los retos del comité, qué les gustaría conseguir como equipo. Dejo un tiempo para que cada uno/a se exprese.

A continuación les hago levantarse, separarse de la silla y mirar a la silla en la cual queda su rol profesional desde el cual hablaron. Y les propongo: ¿cómo veis hacer este trabajo desde vuestro yo persona? La confianza y la alineación pertenecen a la persona y no al rol profesional. La respuesta fue afirmativa.

Exploramos con estructuras sistémicas cual era su principal aportación al equipo. Primero con el triángulo Pensar, Cuidar, Hacer. Después con la Matriz de dragon dreaming: Soñar, Planificar, Hacer, Celebrar. Descubrieron que eran complementarios, y cuál era el don que aportaba cada uno y que necesitaban de sus compañeros.

Luego les senté en unos sillones muy cómodos muy cerca los unos de los otros, delante de una mesa donde había una vela e incienso. Les invité a dejar los roles que tenían antes (rol profesional y personal) y les comenté que había convocado una reunión de sabios para poder conectar con su sabiduría. Así, como sabios que eran, y señalando a la mesa del comité directivo, les pregunté: ¿cómo se podría afrontar esos desafíos que el comité directivo tenía? ¿qué dirían para cada uno de los desafíos? Fueron diciendo cosas que fui apuntando en un papelógrafo.

Al terminar, volvieron a la mesa del comité directivo y les señalé el espacio de sofás del grupo de sabios que les había dado respuesta a los desafíos planteados y fui leyendo las respuestas que ellos mismos habían dado.

Tras esa reunión, no sólo salieron alineados como equipo e identificados con el plan estratégico, sino también conociendo mejor sus fortalezas y sus debilidades, con complicidad entre ellos, animados, sintiéndose parte, conectados.

Al terminar me preguntaron ¿Se pueden hacer reuniones así?
Por supuesto.